Descripción
El libro que tiene en sus manos el lector muestra dos facetas. Una facera teórica que exige cierto compromiso. Otra faceta de manual escolar que impulsa a realizar una asimilación de contenidos.
La faceta ideológica reposa en la teoría de Robert E, Keohane que afirma que toda unión de Estados, de pueblos o de regiones está necesariamente encabezada por un núcleo hegemónico. En el caso de España, el núcleo fue Castilla. Ahora, sin embargo, la Castilla desmoronada necesita ser sustituida por otro núcleo, el de Madrid que se alegra mucho al conocer la constatación de Miquel Batllori: «en Barcelona Madrid interesa más que París». Muestra cierta disolución del independentismo.
La parte práctica es la de un manual. Aquí el lema de Azorín es de sobras conocido: la base del patriotismo es la geografía.
La geografía de este libro, obra de un pedagogo y no de un urbanista, es muy entrañable. El gran territorio de cincuenta mil kilómetros cuadrados que aspira a alcanzar a no mucho tardar los diez millones de habitantes, incluye el arte, la gastronomía, las denominaciones de origen, los polígonos industriales, el deporte. La mayor concreción, sin embargo, la aportan las comarcas. Son treinta y tres las que aparecen. Unas que cuentan con pasado fecundo y nombre tradicional: la Alcarria, la Sagra, la Jara, el Valle del Tiétar, la Moraña. Otras nuevas y nombre artificial: Sierra Norte, Sierra Oeste, Comarca Sur. Todas ellas, con sus ciudades y pueblos, deben ser muy estudiadas para ser bien conocidas y profundamente queridas. Han originado empresarios, restauradores, agentes de turismo, difusores de sus productos. Este libro pretende hacer que los ocho millones de habitantes de Madrid y su vecindad tengan con su conocimiento, deseos de ser como ellos que acogen con mucha simpatía el influjo generoso de la capital.
